Sunday, August 11, 2013

Alimentos: Un debate que podría ser muy Light

Por: Sirio Félix

Debido a una serie de denuncias en programas de televisión se destapo la punta de este enorme iceberg llamado alimentación. Fueron cuestionados apenas algunos de los cientos de productos industrializados que hacen trampa en el rotulado o "cumplen" al límite, una norma que solo beneficia al productor y no al consumidor. 
Sin considerar los enormes alcances del problema alimentario, estas denuncias no dejan de ser bienvenidas, ante un silencio e ignorancia sobre el tema que afecta a todos los chilenos.

Los productos denunciados:  El pan de molde light de la marca Ideal, con un 180% más de grasa de lo que indica su envase, el pan de molde Castaño, con un 36% más de calorías. Las marcas de aceites de oliva Jumbo, Carbonelli y Ciro, que solo podrían emplearse como combustible para lámparas. Las marcas de yogurt; Griego, Soprole Diet, Batido, Next, Quillayes y Parmalat diet, con baja o nula presencia de lactobacilos. Mientras que el yogur Activia de Danone denunciado por recibir una sanción en Estados Unidos y la Unión Europea por no respaldar con datos científicos su publicidad, terminó emitiendo una iracunda declaración, defendiendo su honor.
La semana siguiente fue el turno de las cadenas de comida rápida KFC y Tarragona por el uso de aceites usados.
Las reacciones empresariales se hicieron sentir en la TV, presionaron con la misma energía con que controlan el mercado, aplastan la producción local o atacan cualquier norma que les impida vender su chatarra en los colegios, especular con los precios o mentir respecto a los aditivos.

Pero a pesar del ocultamiento, el debate sobre nuestra alimentación ha llegado por fín a los hogares, los lugares de trabajo, las escuelas, y las redes sociales.
Los políticos guardan silencio, el gobierno hace su show de fiscalización que apenas hace cosquillas a la industria de los alimentos. Pero es así, ellos representan este modelo industrializado de producir comida en grandes cantidades. Comida  llena de compuestos químicos. Inflada, azucarada, a costa de destrucción ambiental, sufrimiento animal, enfermedades y toneladas de basura. Arrasando con el campo, los campesinos y su cultura, aumentando la desprotección de la población urbana.
 
Quienes no creemos en este modelo, no podemos tomar este tema como una anécdota, como un tema de consumo. Este es un tema ecológico y por ende un tema político, social y absolutamente transversal. La crisis de alimentos y su monopolio en manos de grandes grupos económicos, es una realidad cuya agudización nos espera a la vuelta de la esquina. Un tema crucial en la sociedad de hoy y la que se viene.

Son tantos los que lavan su conciencia jactándose de no consumir esa grasa, comer sano y hacer ejercicio. Malas noticias para ustedes super deportistas, vida sana, chicas ligth, devoradores de lechugas y leche cultivada: Aunque eliminen más y más productos venenosos de su dieta, pronto sabrán que casi todos están llenos de edulcorantes, espesantes, preservantes y un largo etc, Sin contar con que su origen natural se perdió hace años y la desregulación existente, les permite ser en su mayoría biotecnologizados o genéticamente modificados.

Son otros tantos quienes creen que levantando consignas, harán caer la industria del agro negocio, los alimentos y los supermercados. Que solo clickeando en pro de campañas anti algo, están haciendo mucho en favor de esas causas. Hoy una mejor alimentación es una causa novedosa. Matizar las otras causas con un "No a Monsanto" puede estar de moda.
Pero el tema aunque podría ser ligth , es bastante pesado para todos. Nadie se salva de atragantarse con el tema de la comida.

Malas noticias para ti super heroico flaquito outsider revolucionario: tarde o temprano el stress, la depre y ansiedad de la vida urbana, la acumulación de cerveza, de alimentos grasos, la TV, la escasez de vegetales y comida integral,  te llevará a lucir una linda panza que no solo no te dejara marchar, ni dar guerra al carro policial como antes, sino que te estorbará cuando mas la necesites: en la real life, tu vida adulta.
Porque el problema esta más allá de tu propaganda anti transnacional, el problema ya llegó a tu barrio, ya esta en tu guatita. El problema requiere otra estrategia de lucha.
Malas noticias flaquita vegana: tu hamburguesa esta hecha de soya 100 % transgénica y aunque busques en La Vega, no encontraras de otro tipo, porque el problema esta más allá de tu decisión como consumidora, mas allá de tu esfuerzo y buenas intenciones, en un nivel sistémico, en la planificación de un holding gigantesco.
Nadie puede desentenderse del tema. 
Podemos discursear sobre eso, pero el problema es que la comida hay que consumirla cada día, para mantenernos vivos, y estamos más preocupados de juntar plata para comprarla y luego ir a buscarla donde la venden.
Solo hasta ahí llega nuestra relación con ella. No sabemos quien la envaso ni como, de donde vino como fue cultivada, pescada o recolectada. No tenemos tiempo de pensarlo, ni elementos de juicio. Sospechamos apenas que viene de un origen natural. Por ahí es donde se rompió nuestra relación con la naturaleza y se instaló la dominación.

Pero como siempre luego de las malas noticias puede venir una buena; Existen alternativas, podemos comer bien si comenzamos a controlar la cadena de los alimentos. Es lo que plantea la Ecología Social, buscar a nivel local respuestas poderosas de control de la gente en los temas clave y este es unos de los más importantes.
Debemos mejorar, madurar y masticar con cuidado la lectura del problema y las estrategias. Debemos luchar por nuestros alimentos vuelvan a ser sanos, naturales, abundantes y accesibles, sin perder nuestro norte de enfrentarnos a este sistema en su conjunto, sin engolosinarnos con dádivas o tentadoras leyes regulatorias.

Necesitamos intercambiar información, ser activos en el tema de lo que comemos, ir un paso adelante y desenmascarar la publicidad engañosa, tanto como la especulación que se hace con los precios y stock de verduras y frutas. Pero sobre todo ir a la raíz de estos engaños, la colusión entre estado y los especuladores de la comida, los que se han apropiado de los ciclos naturales, los han enlatado y puesto una etiqueta Diet. Sus cómplices en el congreso y en los medios, debemos funarlos, exigir nuestras ensaladas, boicotear sus monopolios, detener a las inmobiliarias ocupando tierras de cultivo, cultivar nuestras legumbres y hortalizas, organizar nuevas cadenas para los alimentos.

Para esto hay que dejar de ver todo solo como un tema de consumo, debemos ponernos al día con otras experiencias fuera de Chile y apoyar la creación de redes de información, producción autónoma y consumo de alimentos saludables. Combinarla con experiencias culinarias, culturales, políticas. Mucho que sembrar todavía, mucho que construir, en lugar de desgastarse interminablemente esperando que cada producto industrializado nos traiga el autentico sabor de la naturaleza y la delgadez que nos prometió en la etiqueta.