Sunday, November 03, 2013


San Bernardo:
Sobrepoblación v/s Identidad local
Por: Kevin Catreipan
(Basado en un articulo editado para la pagina de San Bernardo de Wikipedia).

La disposición de los barrios y el masivo y rápido crecimiento demográfico, han creado una segregación cultural, entre barrios "residenciales" y barrios periféricos, que aumenta la sensación de inseguridad y desconfianza con el "nuevo vecino".
Esta visión, basada en la nostalgia por un pueblo donde todos se conocían, al mezclarse con el rechazo a la delincuencia, deriva frecuentemente en opiniones clasistas y discriminadoras.
 

El crecimiento de San Bernardo ha tenido en los últimos años un ritmo constante, su relación con su identidad como ciudad es un tema interesante de debatir, sobretodo hoy que los ciudadanos comienzan a tomar la palabra en la discusión sobre temas como la preservación de sus tradiciones   el futuro de sus espacios patrimoniales y el diseño de proyectos de desarrollo.
Pensar y debatir juntos las consecuencias del crecimiento es una tarea urgente.
Aquí una breve reseña histórica de como fue expandiéndose nuestra ciudad y los mitos que hay sobre esa transformación de pueblito a gran ciudad.

 El crecimiento de la ciudad en el Siglo XX hasta nuestros días

Principios del siglo XX:  En unas de las primeras obras de desarrollo de la por  entonces Villa de San Bernardo, en 1906 se abre una nueva avenida, paralela a la línea férrea, desde O”Higgins hasta Balmaceda, cuyo nombre es Aníbal Pinto. En 1914 se logra extender la Avenida Portales hasta Nos y más adelante se abre la calle Alfonso XIII, pasaje cerrado conectándolo con Portales.
En 1916 se comenzó a plantear la idea de construir una Avenida que uniera Santiago con San Bernardo. En 1926 se aprobó por el gobierno de don Emiliano Figueroa quedando terminado en 1930.
 
Arquitectónicamente, San Bernardo adquiere a principios del siglo XX su propio estilo, con viviendas de un piso, continuas, en las que no existe gran diferencia vistas desde su exterior entre las modestas y más lujosas. Las primeras son de fachada simple y las segundas presentan elementos decorativos más vistosos en su interior. Una construcción que llegará a ser característica es “El Castillo” (1920), ubicado en calle Arturo Prat, a unos metros de la esquina de Freire.
El desarrollo y expansión de la ciudad alcanza niveles importantes con la llegada de la Maestranza Central, pero por sobre todo en este período hay un crecimiento físico de la ciudad, que se expande especialmente hacia el sur.
 
 
Desarrollo industrial y Barrios obreros: En 1924 el presidente don Arturo Alessandri había colocado la primera piedra de la población de obreros de la Maestranza, la que se inaugura en 1930, con una nueva plaza que a partir de 1933 pasa a denominarse Plaza Guarello. Esta población quedó un tanto aislada ya que algunas calles como Freire, Bulnes, Victoria, llegaban sólo hasta San José. A esta población siguió la Población Balmaceda, también de obreros maestrancinos.
Posteriormente (1946) se inaugura en el sector sur, la población Pedro Aguirre Cerda, en la Gran Avenida la población Santa Cristina, y al año siguiente la población O`Higgins. El desarrollo y crecimiento de la Maestranza trae consigo el surgimiento de una nueva población (1953) “Merino Segura”. En 1955 aparece la población América.
 

Expansión de los límites urbanos: Desde la década de 1960 comienza una serie de fenómenos que influirán más tarde en el cambio del estilo de vida y de desarrollo para la comuna que hasta ese entonces era conocida como una pequeña ciudad al sur de santiago al igual que Maipú y Puente Alto, el crecimiento vertiginoso de Santiago hacia el sur por la comuna de La Cisterna y de San Bernardo al norte dio paso a una Conurbación entre estas dos ciudades, siendo en ese momento cuando San Bernardo empieza a ser parte de la capital como comuna del [[Gran Santiago]. Esta conurbación Santiago - San Bernardo, no tendrá un efecto visible hasta las décadas posteriores.
En 1963 se inaugura la Villa San Bernardo. A fines de la década del sesenta el antiguo fundo de Santa Marta es ocupado por nuevas poblaciones, entre ellas La Portada y El Olivo. La apertura de la carretera Panamericana en 1964 y la venta de los antiguos terrenos del fundo Casas Viejas de Chena permitió que la ciudad se expandiera hacia en poniente, más allá de la calle América.
Mediante el sistema “Operación Sitio” impulsado por el gobierno de la época se creó la población Tejas de Chena y en 1968 se inaugura la Villa Chena destinada a miembros de las Fuerzas Armadas.
La característica más palpable en los años posteriores es el rápido crecimiento de la población.
 
 
Erradicaciones: Durante los años 70 y 80, el gobierno militar realiza erradicaciones de poblaciones y campamentos de otras comunas del gran Santiago. Se construyen viviendas sociales que crean nuevas poblaciones y extienden la configuración social y física de la ciudad. Se instala en San Bernardo el modelo de población Serviu, que se repetiría en varias comunas del Gran Santiago y el resto del país.
 
 
Barrios de Viviendas sociales: Las políticas habitacionales y el poblamiento de terrenos baldíos o agrícolas continuará en los gobiernos de la concertación, principalmente en la década 90 y durante los años siguientes. Se crean nuevas villas en el sector oriente, norte y sur de la ciudad. También en los sectores rurales aledaños. Aumenta el transporte colectivo, el comercio de barrio y la demanda por escuelas jardines, infantiles o consultorios. En los últimos años se invierte en dotar a estos barrios de mas servicios y espacios de uso público.
 
 
Barrios tradicionales, Demolición y nuevas construcciones: Producto del Terremoto de marzo de 1985, y de un incipiente auge inmobiliario, muchas casas otrora señoriales, pasarán a convertirse en edificios de departamentos. Los sanbernardinos ven con tristeza las demoliciones y con asombro las edificaciones, como el primer edificio con ascensor, ubicado en calle Arturo Prat entre Bulnes y Pérez. Por otro lado, muchos vecinos que añoran el carácter romántico, próspero, y apacible de la ciudad, no logran acostumbrarse a estas transformaciones, dejan la ciudad y venden sus grandes casonas o parcelas. Estas son ocupadas por nuevas poblaciones o edificios supermercados o malls.
El paisaje urbanístico de San Bernardo, no detiene su transformación desde entonces, debido principalmente al crecimiento explosivo de su población, llegando a contar hoy día con mas de 246.762 habitantes que conviven en un extenso territorio urbano y la todavía apacible vida rural.
 
 
Problemas de la sobrepoblación:
 La sobrepoblación de San Bernardo, ha provocado problemas de marginación de las familias de estrato bajo, debido a la insuficiencia o lejanía de lugares de trabajo, servicios de salud, comercio, áreas verdes, recreación, etc. También un evidente aumento de la delincuencia, el tráfico y consumo de drogas, problemas de violencia intrafamiliar, embarazos adolescentes, etc. La población de todos los estratos, también debe enfrentar problemas derivados de esta segregación y otros fenómenos propios de la densidad demográfica: Inseguridad, Congestión vehicular, contaminación y falta de áreas verdes. Al crearse viviendas en medio de zonas de uso industrial, o la necesidad de agrandar las vías para el flujo del transporte, se produce un conflicto entre la actividad económica de la ciudad y el derecho a vivir en un ambiente saludable. De cara a las décadas futuras, la ciudad enfrenta enormes desafíos para mantener una vida urbana sostenible y armónica.
 
 
Crecimiento e identidad local: El crecimiento demográfico, la creación de barrios periféricos y el desarrollo inmobiliario, económico y social que significa ser parte de la capital, cambiaron el aspecto tranquilo, apacible y semirural de San Bernardo. Cuanto afectó a la identidad de la comuna es una discusión interesante, necesaria y de mucha actualidad. Lo concreto es que existe una fuerte identificación con la ciudad de los habitantes antiguos, quienes han sabido mantener vivas las tradiciones e identidad local. Una gran mayoría considera a San Bernardo como una "ciudad" separada de Santiago, más que una comuna de esta. Por ejemplo, es costumbre usar la frase "voy a Santiago" cuando alguien se traslada al centro de la capital o a cualquier comuna mas allá de El Bosque.
 
 
Por otro lado también se ha creado una segregación cultural, entre barrios llamados "residenciales" y barrios periféricos, que aumenta la sensación de inseguridad y desconfianza con el "nuevo vecino". La disposición de los barrios y el masivo y rápido crecimiento demográfico, contribuyeron a esta segregación.
 
 
¿Quienes son los verdaderos sanbernardinos?
 
Muchos antiguos sanbernardinos consideran erróneamente que sus vecinos periféricos no son Sanbernardinos, ya que son recién llegados a la ciudad.  Sin embargo la mayoría de las villas periféricas tienen más de 15, 20 hasta 30 años y más de dos generaciones han nacido y crecido en ellas. También creen que la presencia de estos nuevos vecinos es la principal causa de que la ciudad dejara de ser un pueblo apacible. Aún cuando es evidente que las transformaciones se deben a otros factores económicos y políticos. Esta visión, basada en la nostalgia por un pueblo donde todos se conocían, al mezclarse con el rechazo a la delincuencia, deriva frecuentemente en opiniones clasistas y discriminadoras.
 
Para los habitantes de la periferia de la ciudad o para aquellos jóvenes o vecinos asentados desde la década 90 hasta hoy, les es difícil y tal vez innecesario identificarse con un pasado semirural u obrero que no vivieron. A pesar que las escuelas, las instituciones y organizaciones culturales y de DD.HH, hacen un gran trabajo difundiendo la memoria y el patrimonio cultural, los tiempos que viven los nuevos sanbernardinos son diferentes. La periferia, en medio de sus complejas problemáticas sociales, se enfrenta al trabajo de ir creando su propia identidad cultural y reivindicar su derecho a sentir como propia la ciudad donde nacieron.
 
En otras comunas, podemos encontrar un sentimiento de identificación y defensa de la vida de barrio, o los edificios patrimoniales, o las casas antiguas, todo bien, pero el discurso de esa identidad se vuelve vacío cuando se limita a una pura nostalgia por patrimonios ajenos y no se hace cargo de lo que la ciudad es en realidad: Una enorme urbe del siglo XXI, llena de gente que necesita trabajar, crear, sentir cosas propias. Es decir vivir, construir su propia época, su propia historia, su propio patrimonio social, cultural, linguistico, culinario, artesanal, deportivo, etc.
Es tal la nostalgia por un pasado del cual queda cada vez menos, que se ha construido un discurso que la clase media de la ciudad reproduce como un mantra repetitivo. La negativa transformación de San Bernardo tiene evidentes culpables (que según esta visión, no serían las autoridades): Serían los recién llegados,  quienes obviamente no serían verdaderos sanbernardinos.  El San Bernardo céntrico (el que sería el verdadero San Bernardo), emplazado entre la carretera y la línea férrea, esta siendo destruido (se cree que es un proceso que aún ocurre), es a diario arrasado por unos invasores, por gente que acaba de llegar y que "no respeta nuestras tradiciones ni patrimonio".
Los que vociferan este mito, afirman que la tranquilidad de su pueblecito semi rural ha sido violentada por la irrupción de delincuentes, gente sin conciencia ni modales, que ha venido desde todo Santiago a instalarse aquí, en la periferia por suerte. Pero no conformes con eso, se atreven a cruzar la línea férrea y caminar por las calles, que creen propias,usar nuestra plaza, apoderarse del centro, para robarse las plantas de sus antejardines, para robarse todo. Son ellos los que votan por cualquiera que les regale una canasta familiar.
 ¿Pero, también ellos habrán destruido la maestranza, los cerros, el pucará, el teatro municipal, el cine Santiago, las casonas ferroviarias, el castillo, la avenida Portales? De seguro son los culpables de la contaminación de Nos, de los malls, de la deforestación y extinción de la fauna del Chena, de que ya no existan video clubs, de que orinen a los pies de la virgen, de que el presupuesto municipal se gaste en shows, etc.
Es gente sin cultura, por eso el municipio les pone un escenario con grupos de baile, con dobles de artistas de la tele, unas cuecas, payasos, reggetón, para contener su furia, para democratizar la alegría. Al parecer, la cultura sanbernardina es otra cosa, y no es para cualquiera.
 
¿Y qué es la famosa Identidad Sanbernardina?
La identidad local es un concepto que necesita ser llenado de sentido, de contenido, de creatividad, pero también de sentido común. Al parecer, hoy lo que se entiende por sanbernardino es un orgullo basado, mas  en monumentos que representan épocas doradas, que en hitos, valores o prácticas sociales. 
Las ruinas de una maestranza y sus barrios obreros que representan una sociedad de bienestar para los obreros. Sin embargo este bienestar fue el de la llamada "aristocracia obrera" forjada en un estado paternal, industrial, que no beneficiaba al mayoritario peonaje ni al artesanado de la época. ¿Pero como se preserva la experiencia de la Maestranza, sin creer que es el centro de una identidad, si la ciudad ya no tiene una maestranza ni la tendrá?¿Cómo esto se relaciona con las reivindicaciones salariales o el problema de la subcontratación de hoy? ¿Como se transmite ese pasado a las generaciones que nunca han subido a un tren?
 
Una estación de trenes representa el romanticismo del tren llegando a un pueblo balneario aristocrático. ¿Cómo es que una clase social desaparecida constituye la identidad de personas de la era internet? No digo que no es posible, solo pregunto ¿como?
Unas pocas casas de principios del siglo XX representan la ostentación de la clase aristocrática a la que inevitablemente se liga la palabra patrimonio. Esta estación y estas casonas son un pasado que no regresará ¿Por qué entonces debería  instituirse como la identidad de una ciudad hacia el futuro? ¿Por qué la cultura de una clase dominante debería ser la cultura de una clase trabajadora y subempleada?
Un cerro erosionado que podría representar el misterio de lo sagrado y lo diabólico. La oscuridad y la luz, la alegría de un 18 chico y el terror de un cuartel de exterminio en el golpe del 73, el patrón del fundo siendo velado por sacerdotes en la cumbre o el oscuro pacto con el demonio que finalmente lo lleva al infierno. Es este cerro una mole enorme que abraza la ciudad y ha sido por siempre un área prohibida para sus habitantes. Un cerro vigilado por centinelas, lleno de alambradas, se convierte en un parque abierto, desolado, sin servicios, con escasos árboles.
Son preguntas válidas, que es necesario hacer mientras aprendemos a observar la ciudad que tenemos, no solo la que tuvimos, antes de imaginar la que queremos o podríamos tener .
 
El problema de la identidad es un desafío nacional y San Bernardo lo debe enfrentar compatibilizando tradición con desarrollo e integración para todos.

 

Plaza de San Bernardo

Catedral de la ciudad de San Bernardo
 

 

Plaza Guarello